Ya me habían comentado que tarde o temprano adquiriría unos disparadores inalámbricos de flash externo. Y al final ha sido así. Yo uso más la luz continua en mis trabajos documentales, sobre todo el LED con un CRI de noventa o más y luces halógenas o flash de apoyo, pero últimamente estuve trabajando con un fotógrafo que usaba los flashes externos con gran maestría, así que decidí darle una nueva oportunidad a este tipo de luz. Y, bueno, si empiezas a trastear con estos equipos tarde o temprano necesitarás un disparador remoto. De lo contrario no podrás jugar con posiciones o ángulos de incidencia de la luz de forma adecuada. Entramos en esto que se ha denominado como Strobist.
La primera pregunta era, ¿necesitas TTL o no con estos instrumentos? Bueno, llamadme un tipo extraño, pero yo acostumbro a trabajar en manual con los flashes. Sí, ya sé que la primera instantánea es una lotería, ¿y? Me da lo mismo, corrijo y vuelvo a disparar. No pasa nada. El TTL es muy útil, cierto, pero cada uno funciona con sus rarezas. Una vez que conoces tu equipo, ajustas los parámetros de forma casi inconsciente. Bien, primera cuestión respondida, en manual. Si alguien desea un aparato de estos con TTL tiene los Phottix Strato II, con función TTL por unos 40 €. Los Neewer FC-16 que yo presento aquí salen por unos 20-22 €, y transmiten la señal de disparo, y poco más. Se parecen mucho a los Yongnuo RF-603II/N3, pero no sé quién copia a quién. No obstante, adolecen del mismo problema que éstos: el interruptor es muy suave y los puedes dejar encendidos sin darte cuenta, con lo cual se agotan las pilas/baterías. De hecho, al sacar estas fotos me he percatado de que uno se encontraba en espera, así que se han agotado las baterías AAA. Se ponen a cargar y ya está, pero si te coge por ahí, te ha fastidiado la jornada. En circunstancias normales, duran mucho sin necesitar recarga y casi te olvidas de que llevan pilas. Las AAA de NiMH que uso son de 750 mAh.
Bueno, estos Neewer vienen con ajuste de canales, así que no habrá interferencias entre equipos adyacentes. Cambias el canal y listo. Si deseas usarlos para disparar un flash externo, configuras los dos botones en flash y esperas unos segundos a que enlacen. Este modelo también vienen con la opción de mando a distancia para la cámara. Insertas un cable USB y pones los interruptores en Camera Delay y disparas de forma remota. Bastante sencillo. En la Nikon 3300 funciona a la primera sin hacer nada. Lo reconoce. Para fotografía nocturna es una gran ayuda para evitar trepidaciones. Los Neewer FC-16 están en versión para Nikon y Canon. Los míos son Nikon, pero venían con el juego de cables para Canon también, así que supongo que la diferencia será el software interno. Como anotación, en mi otra cámara, una Lumix DMC-FZ300, también funcionan, pero en esta ocasión el disparador remoto es inefectivo.
El plástico de la carcasa, sin ser de una calidad asombrosa, se ve bien terminado y con buen tacto. Y lo más importante, son robustos, porque puedes trabajar con ellos y un flash encima de la cámara y no parece que vayan a quebrarse como un bambú seco.
Resumiendo, si no te quieres gastar mucho, estos son tus disparadores remotos. Son chinos y baratos, pero funcionan bien. Hasta ahora ninguna queja.
Saludos.